Farmacéutica de vocación, apasionada del maquillaje y enamorada del desarrollo personal como herramienta de crecimiento y superación. Mi misión en cada una de estas facetas tiene un propósito común, ayudar a que las personas tengan el bienestar que se merecen. Este propósito comencé a desarrollarlo como maquilladora y asesora cosmética en la peluquería de mi madre mientras estudiaba la carrera de farmacia. ¿Qué aprendí aquí? A tener un contacto directo con las personas y a darme cuenta de lo importante y necesario que es tener un buen asesor de salud y belleza. Por ello, cuando comencé a trabajar en oficina de farmacia, mi motor era exprimir el mostrador al máximo y tener siempre presente mi predisposición de ayuda de cara al paciente. Gestionar las diferentes situaciones que nos encontramos en el mostrador es un reto para mí y el paciente siempre ha sido mi mayor MAESTRO. El trabajo interno y externo de la farmacia es intenso, tenemos un conocimiento muy amplio y puede resultar frustrante querer desarrollar mejor tu trabajo y no tener tiempo o la energía adecuada para ello. Ese fue el motivo por el cual decidí trabajar como consultora retail, ayudando a las farmacias en la optimización de su surtido, acompañándolas en reformas, generando protocolos de recomendación y entrenando a equipos en el mostrador para mejorar la atención al paciente y aumentar la rentabilidad. Por otro lado, también he intervenido como consultora de laboratorios, analizando su vademécum de productos, proporcionando ideas de mejora junto con I+D y creando formaciones para su red comercial.